The Wild Project #291 - Tamayo | Estuvo 2 años engañando a un terrorífico criminal, Su documental

El documental 'Cómo cazar a un monstruo' explora la historia de un criminal carismático que engañó a su entorno durante años. La obra critica duramente el sistema judicial y la impunidad, mostrando cómo el perpetrador vivió libre por décadas. El proceso de creación implicó manipulaciones psicológicas complejas, con el cineasta recibiendo llamadas del criminal durante dos años.

Es que creo que, para una víctima, no hay nada más importante. A ver, no soy psicóloga ni nada, pero creo que el que ha ejecutado los actos jodidos hacia ti lo reconozca, creo que te libera muchísimo.

Desarrollo del documental y desafíos éticos

El documental se realizó con un enfoque detallado, evitando manipular la narrativa. Se critica la falta de denuncia en instituciones que protegieron al criminal y se reflexiona sobre la hipocresía de los medios en casos de crímenes.

La producción enfrentó numerosos desafíos legales. El departamento legal de Prime estuvo "un año y pico agónico de análisis legales", teniendo que omitir cierto contenido por problemas legales. Tamayo estableció límites claros desde el inicio del proyecto, exigiendo ser productor ejecutivo para controlar el contenido y evitar caer en el sensacionalismo.

Se priorizó "aquello que los afectados quieren que salga", permitiendo que cada persona decidiera cómo y qué compartir. Los participantes pudieron ver sus fragmentos antes del lanzamiento, asegurando que se sintieran cómodos con el contenido final.

El criminal: perfil y estrategias

J, el criminal, demuestra una aguda conciencia de sus acciones y una habilidad para manipular su imagen. Constantemente adapta su comportamiento según la situación, sabiendo "qué cara tenía que mostrar a unos y qué cara tenía que mostrar a otros". A pesar de su edad avanzada, mantiene una lucidez inquietante.

Su falta de empatía hacia las víctimas es evidente, especialmente considerando el daño causado a niños. Su comportamiento se asemeja al de un psicópata, alguien que distingue perfectamente entre el bien y el mal, pero actúa únicamente en beneficio propio.

Las inconsistencias en su narrativa revelan su intento de manipulación. Por ejemplo, al negar reconocer a Alex en el bar, pero luego recordar su edad exacta: "si no te acuerdas de él te lo has visto un día de manera accidental en un bar y te acuerdas exactamente de es".

Impacto en las víctimas y la comunidad

Las víctimas de J fueron seleccionadas por su vulnerabilidad. Factores como la clase social, la raza y la estructura familiar jugaron un papel crucial. J se rodeaba de jóvenes magrebíes, aprovechando los prejuicios sociales existentes.

El proceso legal fue un desafío adicional para las víctimas. Muchos tenían abogados de oficio que no respondían, y el sistema burocrático era lento e ineficaz. A pesar de la victoria legal, las víctimas continuaron sufriendo. Un proceso judicial que duró 12 años finalmente concluyó a su favor, pero J seguía en libertad.

La impunidad de J era evidente. No se escondía y continuaba moviéndose libremente por la comunidad. En una ocasión, en un bar, llegó a decir: "A mí los juicios me la chupan" y "Yo robaré todo lo que pueda", demostrando su falta de remordimiento.

Estrategias de filmación y confrontación final

La filmación del documental incluye momentos en los que se pone a J en situaciones incómodas, como pedirle que grite más o que vuelva a entrar en escena. Estas tácticas buscan evidenciar su comportamiento sin humillarlo directamente.

La confrontación final entre Tamayo y J reveló la complejidad de la situación. Tamayo fue directo, diciéndole a J que no blanquearía a alguien que había cometido tales actos. La detención se complicó debido a problemas burocráticos. A pesar de ser un fugitivo condenado a 24 años, no aparecía una orden de detención en la base de datos policial.

La detención en el hospital parece ser una decisión narrativa acertada: "justo lo detienen en el sitio donde él se sentía seguro". Esto añade un elemento de ironía a la historia, ya que J buscaba impunidad en un lugar donde se sentía a salvo.

Reflexiones sobre el true crime y la promoción

El género del true crime navega en una línea gris entre la función divulgativa y el entretenimiento. Tamayo ha reflexionado mucho sobre estos aspectos morales. Su enfoque no se centra en regodearse en el dolor o simplemente contar un crimen, sino en denunciar la impunidad y las fallas del sistema.

La promoción del documental resultó ser una experiencia agotadora. Las entrevistas repetitivas y superficiales generaron frustración. Se criticó duramente el formato de los programas de late night y las entrevistas prefabricadas.

La fascinación por el true crime se abordó desde una perspectiva ética: "me encanta el true crime [...] me he hecho muchas veces es la pregunta del morvo y y de la línea". Se reconoció la atracción inherente hacia el mal: "hay una atracción evidente hacia hacia el mal".

Proyectos futuros y experiencias personales

Tamayo expresa interés en futuros proyectos de ficción, considerando hacer una película de animación para niños. Este interés se remonta a sus primeros trabajos en stop-motion, como el video "El gopes" creado hace 16 años.

La conversación también aborda sus experiencias en el póker profesional, mencionando un próximo torneo en Bratislava. Se enfatiza la importancia del aspecto social en estos eventos: "este evento de ahora es más de pasarlo bien, en plan ir con el equipo, tal, es como un poco póker social".

Se discuten brevemente las experiencias en Las Vegas y Andorra, destacando la tranquilidad y el estilo de vida único del principado. La vida en Andorra ofrece una experiencia social única, con una comunidad cercana y oportunidades para disfrutar tanto de la naturaleza como de la vida nocturna.

Conclusion

Tamayo busca crear conciencia sobre la hipocresía en los medios y la importancia del perdón, mientras planea futuros proyectos, incluyendo una serie animada para niños.