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UBISOFT está en su PEOR MOMENTO

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Ubisoft está en su peor momento por escándalos de acoso, prácticas abusivas y una crisis creativa que han deteriorado su reputación y finanzas.


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Crisis en Ubisoft: Caída financiera, acoso sistemático y estancamiento creativo

Ubisoft está atravesando su peor momento, con una caída drástica en su valor de empresa y demandas de dimisión del CEO, Yves Guillemot. Los inversores han pedido su renuncia y la retirada de la empresa de la bolsa. Además, desde 2020, han salido a la luz cientos de casos de acoso y abuso sexual en múltiples delegaciones de Ubisoft alrededor del mundo, los cuales fueron ignorados y encubiertos por la dirección. Un ambiente tóxico ha prevalecido en la empresa, con mujeres obligadas a ver pornografía y quejas que fueron desestimadas por recursos humanos. A pesar de las quejas masivas, Ubisoft prohibió a sus empleados hablar con periodistas sobre las denuncias internas.

En cuanto a la industria del videojuego, Ubisoft ha sido criticada por sus prácticas predatorias, como el abuso de microtransacciones y la limitación de la jugabilidad offline. La compañía ha lanzado juegos poco pulidos y repletos de bugs, lo que ha afectado su reputación. Además, su estrategia de centrarse en pocas IPs y modelos de negocio a corto plazo ha llevado a la saturación y cansancio del público. Creativamente, Ubisoft está estancada, repitiendo la misma fórmula de mundo abierto masivo y misiones repetitivas desde hace más de 10 años.

Financieramente, Ubisoft lleva cerca de cuatro años sin cumplir sus objetivos, con lanzamientos fallidos como Skull and Bones y Avatar, y la cancelación de varios proyectos clave. La empresa está atrapada en su modelo de negocio actual, lo que dificulta un cambio significativo, y su posible compra por otra compañía es incierta.

En 2020, empezaron a salir a la luz muchos casos de acoso y abusos dentro de Ubisoft, y cuando digo muchos, me refiero a cientos de ellos. Dentro de Ubisoft, hubo casos de acoso y agresiones sexuales que han estado ocurriendo durante años, y no solo en una oficina, sino en muchas delegaciones de Ubisoft a lo largo del mundo.

Ubisoft en su peor momento: Caída libre y escándalos

Ubisoft está en una situación crítica, con su valor empresarial en caída libre desde hace años. La comparación es clara: es como una montaña rusa que sube y sube, pero luego cae de manera brutal. La situación es tan grave que algunos inversores han pedido la dimisión del CEO Yves Guillemot y la retirada de la empresa de la bolsa. La empresa está "jodida, muy muy jodida", y no sería sorprendente que Guillemot tomara medidas desesperadas para intentar salvarla.

El creador del video tiene un resentimiento personal hacia Ubisoft, que se remonta a 2020, cuando su canal de YouTube era pequeño, con unos 15,000 suscriptores. En ese momento, publicó un video sobre los escándalos de acoso y abuso sexual dentro de la empresa. Aunque el video no tuvo un éxito masivo, alcanzó más de 120,000 visitas, lo que fue suficiente para que Ubisoft lo reclamara y lo tumbara, acusándolo de "contenido inapropiado" y de acoso. La ironía es evidente: "yo acosando a Ubisoft", cuando el video simplemente exponía los casos de acoso dentro de la empresa. Ahora, con un canal mucho más grande, el creador se siente más seguro de que Ubisoft no podrá silenciarlo tan fácilmente.

En 2020, salieron a la luz cientos de casos de acoso y abuso sexual dentro de Ubisoft, no solo en una oficina, sino en varias delegaciones alrededor del mundo. Estos casos no solo fueron ignorados, sino que en muchos casos fueron ocultados y, en algunos, incluso alentados por los directivos. La magnitud del problema es tal que parece que el acoso formaba parte del "paquete de bienvenida" para los empleados de la empresa. Las delegaciones afectadas incluyen Montreal, Toronto, Singapur y varias otras en Canadá.

Uno de los principales responsables de estos abusos fue Serge Hascoët, el número dos de la empresa. Este directivo tenía tanto poder que podía cancelar juegos a su antojo, lo que obligaba a los empleados a reírle las gracias para no caer en desgracia. En entrevistas, Hascoët mencionaba que quería que los futuros juegos de Ubisoft tuvieran "cada vez menos narrativa", lo que explica muchas de las decisiones creativas de la empresa en los últimos años. Además, se le acusa de drogar a empleados sin su consentimiento, acosar a mujeres y, en general, permitir y alentar un ambiente de acoso dentro de la empresa.

El ambiente tóxico y el encubrimiento en Ubisoft

Dentro de Ubisoft, el ambiente tóxico era una constante. Casos de acoso y abuso se normalizaron hasta el punto de convertirse en una práctica habitual en muchas de sus delegaciones. Un ejemplo es Maxim Belant, quien en una fiesta borracho tocó a varias empleadas y llegó a estrangular a una. Sin embargo, estos son solo algunos de los incidentes. Las mujeres eran obligadas a ver pornografía junto a sus compañeros y sufrían acoso constante en pasillos y ascensores. Además, en las fiestas de la empresa, los empleados eran forzados a emborracharse hasta perder el conocimiento.

Cuando alguien se atrevía a quejarse, especialmente si era una mujer, la respuesta era tratarlas como locas o improductivas, lo que impedía su avance en la empresa o incluso las llevaba al despido. Esto formaba parte de una cultura de fraternidad, donde o te unías y participabas activamente en este tipo de comportamientos, o estabas fuera. Con el tiempo, este ambiente se extendió y se volvió la norma en muchas oficinas de Ubisoft, una empresa que, irónicamente, se autoproclamaba como una de las más diversas de la industria.

A lo largo de los años, cientos de quejas fueron presentadas al equipo de recursos humanos, pero todas fueron ignoradas. Ubisoft no solo permitió estos abusos, sino que los ocultó. Cuando el escándalo finalmente salió a la luz, la empresa realizó una investigación interna que concluyó que habían gestionado adecuadamente los informes de mala conducta. Sin embargo, en 2023, cinco exdirectivos, incluidos algunos de los principales responsables, fueron detenidos por acoso y agresión sexual.

El CEO de Ubisoft, Ives Guillemot, alegó no saber nada de lo que ocurría, a pesar de las cientos de quejas y la participación de directivos cercanos a él, incluido el número dos de la empresa. Sin embargo, se filtraron correos electrónicos en los que Guillemot se mostraba de acuerdo con el ambiente tóxico, siempre y cuando los resultados cumplieran las expectativas. Aunque algunos directivos recibieron un tirón de orejas, Guillemot estaba dispuesto a darles tantas oportunidades como fuera necesario mientras los juegos siguieran saliendo.

A pesar del escándalo, los cambios dentro de Ubisoft fueron superficiales. Un año después, se dijo que nada había cambiado, y dos años después, la situación seguía sin mejorar. La solución de Ubisoft fue prohibir a sus empleados hablar con periodistas sobre las denuncias internas, lo que ayudó a tapar el escándalo. Ubisoft ha hecho un excelente trabajo encubriendo todo esto, ya que no estamos hablando de algo que ocurrió hace 10 años, sino de un caso reciente, con detenciones en 2023.

Sin embargo, este escándalo no es la causa principal de la caída de Ubisoft, solo es un clavo más en la larga lista de problemas que enfrenta la empresa.

Ubisoft: El Niño que No Deja de Pinchar

Ubisoft se comporta como un niño que te pincha constantemente con un palo, probando hasta dónde puede llegar. Te pincha y te pincha, y cuando finalmente reaccionas, se disculpa rápidamente, da un par de pasos atrás, pero en cuanto te descuidas, vuelve a pincharte. Esta actitud se refleja en su participación en prácticamente todas las prácticas predatorias de la industria de los videojuegos. No hay necesidad de comprobarlo: si hay una práctica nociva, Ubisoft ha estado involucrado.

Uno de los ejemplos más claros es el abuso de microtransacciones, incluso en juegos de un solo jugador. Además, Ubisoft ha lanzado ediciones de juegos a precios abusivos, permitiendo a los jugadores acceder a ellos unos días antes del lanzamiento oficial, convirtiéndolos en beta testers que pagan más por el privilegio. También han forzado a los jugadores a estar conectados a internet para jugar títulos que podrían funcionar perfectamente offline.

Ubisoft ha llevado esta estrategia aún más lejos al convertir muchos de sus títulos en juegos como servicio. El problema es que, cuando ya no es rentable mantener los servidores, simplemente eliminan el juego de tu librería, aunque podrías seguir jugándolo si existiera un modo offline. Esto ha generado tanto malestar que se lanzó una iniciativa ciudadana europea para que las empresas estén obligadas a lanzar parches que permitan seguir jugando a los títulos comprados cuando cierran los servidores. Curiosamente, Ubisoft ha anunciado que sacará un parche para uno de sus juegos, aunque antes decían que era imposible hacerlo.

A pesar de las críticas, Ubisoft sigue insistiendo en lanzar su plataforma de juegos NFT, y no es raro que sus juegos salgan al mercado llenos de bugs y sin estar completamente terminados. Por algo se ganó el apodo de "Boogie Soft". Además, han intentado meter publicidad en los menús de juegos como Assassin's Creed Odyssey y Valhalla, y cuando los jugadores se quejan, se disculpan diciendo que fue un error técnico.

Todo esto ha llevado a que Ubisoft sea una de las compañías más odiadas de la industria del videojuego, solo superada por Electronic Arts. Sin embargo, ser odiado no es suficiente para que una empresa caiga. Electronic Arts, por ejemplo, sigue siendo inmortal, incluso después de perder la licencia de FIFA. Ubisoft, por su parte, ha centrado toda su estrategia en unas pocas franquicias, asumiendo el mínimo riesgo posible con cada lanzamiento. Esto ha provocado la saturación de esas IPs y el cansancio del público, pero Ubisoft ha construido un imperio que depende de este modelo de negocio a corto plazo, aunque a largo plazo está agotando a sus jugadores.

La fórmula desgastada de Ubisoft y su crisis actual

Ubisoft lleva años aplicando una fórmula que ha estancado creativamente a sus franquicias. Los juegos comienzan con una introducción espectacular, con momentos narrativos intensos que no se repiten en el resto del juego. Las primeras dos horas están diseñadas como si fueran el prólogo de una obra maestra, pero luego el jugador se enfrenta al mundo abierto, que es cada vez más grande, pero no necesariamente mejor. El mapa de Assassin's Creed Origins fue el más grande de la saga en su momento, pero luego Odyssey lo triplicó, y Valhalla lo hizo aún más grande. A este ritmo, el próximo mapa será más grande que el planeta Tierra.

Este crecimiento en tamaño no viene acompañado de una mayor creatividad. En lugar de ofrecer experiencias únicas en cada rincón del mapa, el jugador se encuentra con misiones repetitivas. No hay tiempo ni recursos para hacer algo realmente innovador, y el resultado es que el jugador pasa entre 50 y 60 horas haciendo lo mismo, desbloqueando partes del mapa solo para enfrentarse a un jefe que está tan harto del farmeo como el propio jugador.

Esta fórmula lleva más de 10 años en uso. De hecho, hace más de una década ya se hacía una reseña satírica de los juegos de Ubisoft que describía exactamente lo mismo que sigue ocurriendo hoy. El problema es que ir a lo seguro no solo es más fácil que innovar, sino que también es más productivo. Ubisoft ha optado por hacer juegos muy parecidos entre sí, compartiendo sistemas entre diferentes sagas para retroalimentar los desarrollos y acelerar los lanzamientos.

Para mantener este ritmo de lanzamientos, Ubisoft ha creado una infraestructura gigantesca, con decenas de estudios cuyo único objetivo es apoyar el desarrollo titánico de los juegos que están por salir. Ubisoft tiene cerca de 20,000 empleados, más que empresas como Nintendo, Capcom o From Software. Sin embargo, a diferencia de otras grandes compañías como Electronic Arts o Take-Two, Ubisoft no cuenta con franquicias deportivas anuales que le generen ingresos constantes sin mucho esfuerzo.

Esta necesidad de lanzar varios juegos grandes al año para sostener su infraestructura ha llevado a Ubisoft a un punto en el que no puede reorganizarse ni replantear su modelo de negocio. Su estructura es tan grande que necesita seguir funcionando a toda costa, aunque eso implique seguir aplicando la misma fórmula desgastada.

Además, la reputación de Ubisoft ha caído en picado. Ya no es un sello de calidad. Lejos quedaron los días en los que ver el logo de Ubisoft significaba que algo grande estaba por venir. Ahora, la pregunta es si el juego arrancará bien. Incluso cuando intentan hacer algo diferente, como Immortals Fenyx Rising o Mario + Rabbids, las ventas no acompañan. Immortals es un buen juego, pero ¿quién le prestó atención?

Los clientes de Ubisoft también han adoptado una actitud conservadora. Si Ubisoft va a lo seguro con sus lanzamientos, es lógico que sus clientes hagan lo mismo con sus compras, optando por no arriesgarse con los juegos de la compañía.

Ubisoft: Crisis Financiera y el Futuro Incierto

Ubisoft lleva una década aplicando la misma fórmula en sus juegos, pero en los últimos cuatro años no han logrado cumplir con los objetivos financieros de la empresa. En 2022, Yves Guillemot, el CEO, renunció a 300.000 euros de su sueldo para intentar calmar a los inversores, quienes estaban preocupados por los malos resultados de la compañía. Sin embargo, desde entonces, los lanzamientos de Ubisoft no han logrado revertir la situación.

Entre los juegos que han salido recientemente, Skull and Bones, Avatar, Assassin's Creed Nexus VR, Prince of Persia, Assassin's Creed Mirage y Star Wars no han cumplido con las expectativas. En particular, Assassin's Creed Nexus VR ha tenido un rendimiento tan pobre que Ubisoft ha decidido no invertir más en realidad virtual. Las ventas de Prince of Persia y Assassin's Creed Mirage han sido "muy normalitas", y el lanzamiento más reciente, Star Wars, tampoco ha alcanzado las expectativas.

Además de estos fracasos, Ubisoft ha cancelado varios proyectos, tanto anunciados como no anunciados, y algunos de sus juegos han tenido tiempos de desarrollo que rozan lo absurdo. Skull and Bones, por ejemplo, fue anunciado en 2017 y finalmente lanzado este año, mientras que Beyond Good and Evil 2, anunciado en 2008, sigue en desarrollo y ostenta el récord del juego no cancelado con el desarrollo más largo de la historia.

Uno de los movimientos más recientes de Ubisoft ha sido retrasar el lanzamiento de Assassin's Creed Shadows de noviembre a febrero, perdiendo así la crucial campaña navideña. Este retraso refleja el miedo que tiene la empresa de que el juego no rinda bien, prefiriendo lanzarlo en febrero con la esperanza de que esté más pulido.

La situación de Ubisoft es extremadamente complicada. Están tan atados a su modelo de negocio actual que parece imposible que puedan dar un giro de 180 grados. La única opción que les quedaría sería ser comprados, pero no está claro quién querría adquirir una empresa en semejante estado. Microsoft, por ejemplo, no puede comprar Ubisoft porque ya vendió los derechos de los juegos en la nube como parte de las condiciones para adquirir Activision Blizzard. Otras posibles compradoras como Tencent, Sony o Electronic Arts podrían estar interesadas, pero no hay nada seguro.

El narrador expresa su tristeza por la situación de Ubisoft, recordando que en el pasado fue una empresa innovadora y respetada, una compañía que solía lanzar propuestas realmente frescas. Sin embargo, esa Ubisoft ya no existe, y probablemente nunca volverá. El futuro de la empresa parece depender en gran medida del éxito de Assassin's Creed Shadows, pero incluso si el juego resulta ser un éxito, el futuro de Ubisoft sigue siendo muy incierto.

Conclusion

La compañía enfrenta un estancamiento prolongado y lucha por adaptarse a un modelo de negocio que ya no funciona, con incertidumbre sobre una posible compra.


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